Sin cesar, nos sentimos orgullosos de la utilidad del dogma de la otra vida; pretendemos que aunque fuese algo irreal, tendría sus ventajas, porque se impondría a los hombres y los conduciría a la virtud. A todo esto me pregunto si es cierto que este dogma convierte a los hombres en personas sensatas y virtuosas; me atrevo a afirmar, por el contrario, que los convierte en locos, hipócritas, malvados, desconfiados, irritables, y que encontraremos siempre más virtudes y mejores costumbres en aquellos pueblos que no tienen esas ideas, que entre los que las religiones han logrado consolidarse. Si aquellos que tienen la misión de enseñar y gobernar hubiesen tenido más inteligencia y virtud, gobernarían mucho mejor con realidades que con quimeras, pero siendo bribones, charlatanes y ambiciosos, siempre han tenido la tendencia a engañar a naciones enteras con fábulas y no la de enseñarles las verdades. Marquéz de Sade
Rockstar
Hace 9 años
0 comentarios:
Publicar un comentario